Chiky y Nando son buenos amigos. Chiky, es un pequeño elefante, que nació en África, el menor de su familia. Nando, es un pato con lindas y suaves plumas amarillas y un elegante pico naranja.
Los dos amigos tienen algo en común: ¡Aman Nadar! Nando, nada en su tina de baño, que para él es como una gran piscina. Pero Chiky, por su tamaño necesita de un río o el mar para poder nadar, y ambos quedan muy lejos de su nueva casa.
Una tarde muy calurosa, Chiky observó a Nando mientras
nadaba en su tina. Sintió nostalgia de su amada África, dónde libremente tomaba un baño cuando sentía calor. Ahora, en ese baño, él también quería refrescarse, así que le preguntó a Nando:
—Amigo ¿Me prestas tu tina para darme un buen baño?
A lo que el pequeño Nando le respondió:
—He visto muchas veces el tamaño, y creo que podemos
compartirla aunque estemos un poco incómodos —dijo Chiky—. Además, amigo mío, ¡Ya
no soporto tanto calor!
Nando escuchó las palabras de su amigo, y tenía miedo que su amada tina se rompiera en mil pedazos por el peso de Chiky. Observó a su amigo elefante y notó que sudaba por todos lados. Además, se veía muy triste. El pequeño Nando pensó que era por estar tan lejos sus padres, que aún vivían en África.
Para Nando era importante ayudar a su amigo, así que a pesar del miedo de perder su hermosa tina, le respondió:
Nando escuchó las palabras de su amigo, y tenía miedo que su amada tina se rompiera en mil pedazos por el peso de Chiky. Observó a su amigo elefante y notó que sudaba por todos lados. Además, se veía muy triste. El pequeño Nando pensó que era por estar tan lejos sus padres, que aún vivían en África.
Para Nando era importante ayudar a su amigo, así que a pesar del miedo de perder su hermosa tina, le respondió:
—Bueno, está bien, tienes razón hace mucho
calor y los dos necesitamos un buen chapuzón.
Chiky, estaba emocionado, ingresó al agua fría con extremo
cuidado, primero una pata y después la otra, se sentó en su enorme cola y comenzó a
disfrutar de un rico baño con agua y jabón.
Nando quedó tranquilo cuando no le pasó nada a su tina; además se sorprendió al ver a su amigo tomar el jabón
con su trompa y llevarlo a cada parte de su enorme cuerpo.
¡Eso sí es un buen baño! —dijo Nando—. Yo no tengo trompa ni
manos para coger el jabón, por eso nunca lo uso.
—Si quieres, yo puedo enjabonarte —le propuso Chiky—. Así tus
plumas quedarán mucho más limpias y tendrás un delicioso olor a perfume.
—¡Claro que sí quiero! —contestó Nando— ¡Voy a quedar muy
guapo!
Chiky enjabonó con mucho cuidado a su pequeño amigo, hasta
que no salió más mugre. Después los dos amigos se enjuagaron, y disfrutaron de
la tina; reían y cantaban muy contentos. Fue divertido jugar con las burbujas de jabón que Chiky soplaba con su larga trompa.
Ese día, los amigos vivieron el mejor baño de sus vidas, al final los dos salieron ganando: Nando quedó muy guapo...como él quería, y Chiky se pudo refrescar y reír como cuando vivía en su amada África.
Ese día, los amigos vivieron el mejor baño de sus vidas, al final los dos salieron ganando: Nando quedó muy guapo...como él quería, y
©Liliana Mora León
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