En una hermosa noche de luna llena y cielo estrellado, tres amigos compartían sueños e ilusiones, e imaginaban locas historias de ficción.
Uno de ellos preguntó:
— Si la noche fuera muy oscura ¿Cómo darían luz a la noche?
Después de pensarlo un poco habló el primero, un chico muy
inteligente, amante de la
tecnología y los experimentos:
—Yo, subiría a la luna con una escalera larguísima. Una vez
allí, le colocaría una pila enorme, que se recargue de día con la luz del sol. Así
habría luna llena todo el año.
Después dijo el segundo, un chico amante de la diversión, de
los viajes y la aventura:
—Yo, traería a Polaris,
la famosa estrella polar que guía a todos los viajeros. Como queda tan lejos
de la tierra, la atraparía con una red potente y la colgaría más cerca. Alumbraría
tanto como la luna, pero con forma de estrella.
Por último, habló una niña poseedora de una gran imaginación, amante de las historias de fantasía y de la naturaleza:
—Yo quisiera tener una varita mágica y convertirme en una gran luciérnaga.
Tendría mis alas para volar libre a cualquier lugar. Y también poseería una luz
propia, que prenda y apague como las luces de navidad. ¡Yo sería una estrellita de la tierra!
Esa noche, los pequeños descubrieron que no es necesario que te gusten las mismas cosas para ser amigos. Ellos aprendieron que existen diversas
soluciones para un mismo problema, todo depende de dar rienda suelta a la
imaginación.
Y tú: ¿Cómo darías luz a la noche?...de seguro tienes otra idea maravillosa.
Y tú: ¿Cómo darías luz a la noche?...de seguro tienes otra idea maravillosa.
©Liliana Mora León